con la colaboracion de:

martes, 26 de enero de 2010





Soy una de esas personas que sufren mucho cuando se encuentra con el dolor y la desorientación que transmite un perro que ha sido abandonado.


El abandono es una herida visible a los demás y difícil de curar...

Recuerdo el día que visité la perrera municipal, colaborando cómo voluntaria junto a otros miembros de ADANA.

Allí es dónde te encuentras con ese dolor de manera extrema. Había unos 30 perros, de todas las razas, edades y tamaños...luchando y rebelándose ante la situación que les tocaba vivir por la irresponsabilidad y falta de conciencia de cada "ser humano" que decide abandonarlos allí...ladraban, desesperados, algunos luchaban arañando las puertas del "chinero"...todos transmitían desesperación menos uno...cuándo llegué al lugar dónde se encontraban los galgos, me quedé paralizada, él no luchaba, no había angustia en su rostro, parecía cómo si hubiese asumido completamente aquella situación que le tocaba vivir. Recuerdo su mirada de dignidad y pensé...pero cómo es posible transmitir tanta majestuosidad en unas condiciones tan extremas?

Desde ese día cada vez que veo un galgo, sé que tengo delante de mi a un ser de la realeza más profunda, a un ser que me regaló una de las lecciones más bonitas sobre mí misma...y el sentido que podemos darle a las cosas y a la vida misma. El galgo daba la impresión de estar en un nivel superior a las horribles circunstancias que le tocaba vivir...y no era una rendición.

Estoy cansada de ver la injusticia que padecen en manos de psicópatas sin compasión, creo firmemente que podemos crear una nueva situación y realidad para este maravilloso animal, me consta que existen asociaciones, que llevan años luchando para que este horror cambie y han conseguido librar a muchos de éstos animales de un final que ya sabemos todos cual es...

Un día sentí que no podía quedarme en el dolor que me produce todo ésto, ni tampoco en la rabia, quería hacer algo, tenía que hacer algo...y ésta es mi pequeña aportación.

Una camiseta, con un mensaje de esperanza, de grandeza, de un cambio de visión...

Gracias a todas y cada una de las asociaciones de personas que luchan por los derechos de éste y todos los animales, gracias sobre todo por ellos, y gracias porque hacéis que sigamos manteniendo la esperanza de que las cosas pueden cambiar a mejor siempre!!!!


Algún día, no muy lejano, recuperarás tu trono...eres cómo uno de esos príncipes que han sido víctimas de un encantamiento maléfico. Pero al igual que sucede en los cuentos, el beso de amor está cerca...y ese beso acabará con tu pesadilla y te devolverá tu verdadera identidad...!!



Marciana.